El bosque existió durante una época en que el clima del Ártico pasó de ser más templado que en la actualidad a su estado frío.
En una isla remota del Ártico canadiense donde ya no crecen árboles, un bosque momificado que acaba de desenterrarse da a los investigadores un atisbo de cómo reaccionaron las plantas a los cambios climáticos en la antigüedad.
Ese conocimiento será crucial a medida que los científicos empiecen a evaluar el impacto del calentamiento global en el Ártico.
El antiguo bosque hallado en la isla canadiense de Ellesmere, al norte del Círculo Ártico, contenía abedules, alerces, abetos y pinos. El investigador Joel Barker, de la Universidad Estatal de Ohio, lo descubrió por casualidad cuando acampaba en el 2009.
"En un momento escalé una pequeña colina y el despeñadero debajo de mí estaba lleno de madera", recordó.
Exploración
Provisto de un subsidio a la investigación, Barker regresó en el verano pasado para explorar el lugar, que había quedado enterrado por un alud hace dos a ocho millones de años. El derretimiento de la nieve reciente dejó expuestos los restos petrificados de los troncos de los árboles, las ramas y las hojas.
En el Ártico canadiense hay una docena de bosques similares, pero el más reciente es el que está más al norte.
El bosque existió durante una época en que el clima del Ártico pasó de ser más templado que en la actualidad a su estado frío. A juzgar por la carencia de especies diversas y por las hojas pequeñas, el equipo sospecha que dichas plantas lucharon por sobrevivir el rápido cambio climático convirtiéndose de bosque efímero en bosque perpetuo.
"Esta comunidad se resistía", comentó Barker, que presentó sus conclusiones el jueves en la reunión de la Unión Geofísica Estadounidense en San Francisco.
El paso siguiente consiste en examinar los anillos de los troncos para comprender cómo las condiciones climáticas condicionaron la vida vegetal y cómo responderá el ecosistema de la tundra del Artico al calentamiento global. Barker también se propone efectuar pruebas de ADN en los restos.
Desde 1970, las temperaturas han subido más de 2,5 grados centígrados en gran parte del Ártico, mucho más rápidamente que el promedio general.
Fuente: AP - Diario La Tercera (Tendencias). 17 de Diciembre de 2010.