El antepasado más antiguo conocido por la humanidad probablemente vivía bajo el temor de grandes criaturas conocidas como dientes de sable que vagaban por su mismo hábitat antiguo en África.
Paleontólogos identificaron dos nuevas especies de los felinos dientes de sable entre fósiles desenterrados en Toros Menalla, en Chad.
En 2001, un equipo desenterró en el país centroafricano los restos de una especie de homínido extinto, una criatura similar a los humanos y de siete millones de años, conocida como “Toumaï” (Sahelanthropus tchadensis).
Expertos afirman que el Toumaï es el homínido más antiguo conocido por la ciencia.
El cráneo fósil del Toumaï (que significa “esperanza de la vida” en la lengua local Dazaga de Chad) fue encontrado en el desierto de Djurab por un equipo liderado por Michael Brunet, de la Universidad de Poitiers, Francia.
La posición de un orificio mayor situado en la parte inferior del cráneo, llamada foramen magnum, sugiere que el Toumaï caminaba erguido, una marca importante del linaje humano.
El tallo cerebral entra y sale del cráneo a través de este orificio. En grandes primates, se sitúa más hacia la parte posterior del cráneo; pero en los homínidos -incluyendo el Toumaï- está más hacia la parte anterior del cráneo.
Tras divulgarse su hallazgo en las páginas de la publicación científica Nature en 2002, el fósil causó sensación en todo el mundo.
Sin embargo, la interpretación del Toumaï como un pariente humano es controvertida. El cráneo estaba distorsionado y, si es que existen otras partes del esqueleto, ninguna de prueba de ello ha sido publicada en la literatura científica. También es más antiguo que la fecha en que la genética señala que los linajes de los humanos y los chimpancés divergieron.
Terreno de predadores
En cualquier caso, los paleontólogos han estado muy ocupados estudiando el abundante material fósil descubierto en el sitio, construyendo progresivamente una imagen del entorno en el que Sahelanthropus tchadensisse desenvolvía.
En el Mioceno tardío, esta zona de Chad debe haber tenido un lago ya que los paleontólogos han encontrado restos fósiles de peces, anfibios y cocodrilos.
Investigadores hallaron restos fosilizados de una gran variedad de mamíferos carnívoros en Toros Menalla.
Terminar en las mandíbulas afiladas de un depredador debe haber sido una amenaza siempre presente tanto para primates como para el Toumaï.
Paleontólogos ya habían informado sobre el hallazgo de restos de un gran diente de sable en Toros Menalla, conocido como Machairodus kabir, que pesaba entre 350 y 490kg.
En la revista Comptes Rendus Palevol, Louis de Bonis de la Universidad de Poitiers y sus colegas añadieron dos nuevas especies de dientes de sable a la creciente lista de animales carnívoros que acechaba esta región de África Central a fines del Mioceno.
Los grandes restos de estos felinos fueron desenterrados durante recientes expediciones de campo y han sido identificados como especies nuevas que pertenecen al género Lokotunjailurus y al género Megantereon.
Bosque refugio
Patrick Vignaud, director del Instituto de Paleoprimatología y Paleontología Humana de la Universidad de Poitiers, le dijo a la BBC que los dientes de sable eran casi del mismo tamaño que los leones de hoy.
“Con nuestra información actual, no sabemos con precisión cuáles fueron las interacciones entre un primate y un carnívoro grande; pero, probablemente, estas interacciones no fueron tan amistosas”, añadió el profesor Vignaud. “Los dientes de sable cazaban todo tipo de mamíferos: bóvidos, équidos y primates... Las interacciones también fueron más 'psicológicas', ejercían presión sobre presas potenciales. No podemos probarlo, pero probablemente es importante porque en ese caso los primates tenían que vivir cerca de ambientes cerrados como bosques en galería”, señaló a la BBC.
Aunque los primates antiguos como el Sahelanthropus tchadensis pudieron haberse apartado de los dientes de sable, también pudieron haber dependido de estos grandes carnívoros, y de otros más, para su supervivencia. Los dientes de sable habrían cazado grandes mamíferos herbívoros y probablemente dejaron suficiente carne en sus presas para los carroñeros, como el Hyaenictherium, y tal vez incluso primates como el Sahelanthropus. Algunos investigadores han propuesto que el Toumaï está más estrechamente relacionado con los chimpancés o gorilas.
Incluso si este fuera el caso, el descubrimiento sería de gran importancia, ya que prácticamente no hay antepasados fósiles de estos grandes primates conocidos en África.
Fuente: terra.com - AP. 3 de Enero de 2011.
Paleontólogos identificaron dos nuevas especies de los felinos dientes de sable entre fósiles desenterrados en Toros Menalla, en Chad.
En 2001, un equipo desenterró en el país centroafricano los restos de una especie de homínido extinto, una criatura similar a los humanos y de siete millones de años, conocida como “Toumaï” (Sahelanthropus tchadensis).
Expertos afirman que el Toumaï es el homínido más antiguo conocido por la ciencia.
El cráneo fósil del Toumaï (que significa “esperanza de la vida” en la lengua local Dazaga de Chad) fue encontrado en el desierto de Djurab por un equipo liderado por Michael Brunet, de la Universidad de Poitiers, Francia.
La posición de un orificio mayor situado en la parte inferior del cráneo, llamada foramen magnum, sugiere que el Toumaï caminaba erguido, una marca importante del linaje humano.
El tallo cerebral entra y sale del cráneo a través de este orificio. En grandes primates, se sitúa más hacia la parte posterior del cráneo; pero en los homínidos -incluyendo el Toumaï- está más hacia la parte anterior del cráneo.
Tras divulgarse su hallazgo en las páginas de la publicación científica Nature en 2002, el fósil causó sensación en todo el mundo.
Sin embargo, la interpretación del Toumaï como un pariente humano es controvertida. El cráneo estaba distorsionado y, si es que existen otras partes del esqueleto, ninguna de prueba de ello ha sido publicada en la literatura científica. También es más antiguo que la fecha en que la genética señala que los linajes de los humanos y los chimpancés divergieron.
Terreno de predadores
En cualquier caso, los paleontólogos han estado muy ocupados estudiando el abundante material fósil descubierto en el sitio, construyendo progresivamente una imagen del entorno en el que Sahelanthropus tchadensisse desenvolvía.
En el Mioceno tardío, esta zona de Chad debe haber tenido un lago ya que los paleontólogos han encontrado restos fósiles de peces, anfibios y cocodrilos.
Investigadores hallaron restos fosilizados de una gran variedad de mamíferos carnívoros en Toros Menalla.
Terminar en las mandíbulas afiladas de un depredador debe haber sido una amenaza siempre presente tanto para primates como para el Toumaï.
Paleontólogos ya habían informado sobre el hallazgo de restos de un gran diente de sable en Toros Menalla, conocido como Machairodus kabir, que pesaba entre 350 y 490kg.
En la revista Comptes Rendus Palevol, Louis de Bonis de la Universidad de Poitiers y sus colegas añadieron dos nuevas especies de dientes de sable a la creciente lista de animales carnívoros que acechaba esta región de África Central a fines del Mioceno.
Los grandes restos de estos felinos fueron desenterrados durante recientes expediciones de campo y han sido identificados como especies nuevas que pertenecen al género Lokotunjailurus y al género Megantereon.
Bosque refugio
Patrick Vignaud, director del Instituto de Paleoprimatología y Paleontología Humana de la Universidad de Poitiers, le dijo a la BBC que los dientes de sable eran casi del mismo tamaño que los leones de hoy.
“Con nuestra información actual, no sabemos con precisión cuáles fueron las interacciones entre un primate y un carnívoro grande; pero, probablemente, estas interacciones no fueron tan amistosas”, añadió el profesor Vignaud. “Los dientes de sable cazaban todo tipo de mamíferos: bóvidos, équidos y primates... Las interacciones también fueron más 'psicológicas', ejercían presión sobre presas potenciales. No podemos probarlo, pero probablemente es importante porque en ese caso los primates tenían que vivir cerca de ambientes cerrados como bosques en galería”, señaló a la BBC.
Aunque los primates antiguos como el Sahelanthropus tchadensis pudieron haberse apartado de los dientes de sable, también pudieron haber dependido de estos grandes carnívoros, y de otros más, para su supervivencia. Los dientes de sable habrían cazado grandes mamíferos herbívoros y probablemente dejaron suficiente carne en sus presas para los carroñeros, como el Hyaenictherium, y tal vez incluso primates como el Sahelanthropus. Algunos investigadores han propuesto que el Toumaï está más estrechamente relacionado con los chimpancés o gorilas.
Incluso si este fuera el caso, el descubrimiento sería de gran importancia, ya que prácticamente no hay antepasados fósiles de estos grandes primates conocidos en África.
Fuente: terra.com - AP. 3 de Enero de 2011.