Un extremo de este dispositivo tiene forma de punzón para escribir y el otro está pensado para cumplir una función parecida a la de las gomas de borrar.
Un equipo de arqueología ha descubierto una especie de “lápiz” de hueso de unos 2000 años de antigüedad en unas tablillas de madera encerada halladas en un yacimiento de la localidad de Villajoyosa, en la costa este española, informaron hoy fuentes municipales.
Dicha pieza, que data de los siglos II-I a.C., representa la transición de la época íbera a la romana y ha aparecido en un silo circular de 1,8 metros de diámetro de fines del siglo II antes de Cristo, perteneciente a la fase más antigua del yacimiento.
Un extremo de este dispositivo tiene forma de punzón para escribir y el otro está pensado para cumplir una función parecida a la de las gomas de borrar: tiene una superficie biselada plana para aplastar lo escrito en la cera y así borrarlo.
Esta pieza evoca un momento histórico en que se estaba viviendo el paso de la época íbera a la romana, puesto que es un utensilio romano.
Los silos son grandes hoyos excavados en el suelo, enlucidos de arcilla y quemados para endurecerla, donde se almacenaba grano tostado para conservarlo a lo largo del año.
Cuando se abandonaban, se rellenaban con lo que se tenía a mano, por lo que suelen proporcionar objetos muy interesantes, como esta pieza de hueso.
Las excavaciones fueron consecuencia de unos sondeos realizados en 2011 previos a las obras de un gran colector de aguas pluviales en el centro de la ciudad; sondeos que permitieron descartar la excavación arqueológica del 90% de la superficie de la zona de obras, según las mismas fuentes.
Fuente Diario La Tercera – EFE. 14 de Febrero de 2012.
Un equipo de arqueología ha descubierto una especie de “lápiz” de hueso de unos 2000 años de antigüedad en unas tablillas de madera encerada halladas en un yacimiento de la localidad de Villajoyosa, en la costa este española, informaron hoy fuentes municipales.
Dicha pieza, que data de los siglos II-I a.C., representa la transición de la época íbera a la romana y ha aparecido en un silo circular de 1,8 metros de diámetro de fines del siglo II antes de Cristo, perteneciente a la fase más antigua del yacimiento.
Un extremo de este dispositivo tiene forma de punzón para escribir y el otro está pensado para cumplir una función parecida a la de las gomas de borrar: tiene una superficie biselada plana para aplastar lo escrito en la cera y así borrarlo.
Esta pieza evoca un momento histórico en que se estaba viviendo el paso de la época íbera a la romana, puesto que es un utensilio romano.
Los silos son grandes hoyos excavados en el suelo, enlucidos de arcilla y quemados para endurecerla, donde se almacenaba grano tostado para conservarlo a lo largo del año.
Cuando se abandonaban, se rellenaban con lo que se tenía a mano, por lo que suelen proporcionar objetos muy interesantes, como esta pieza de hueso.
Las excavaciones fueron consecuencia de unos sondeos realizados en 2011 previos a las obras de un gran colector de aguas pluviales en el centro de la ciudad; sondeos que permitieron descartar la excavación arqueológica del 90% de la superficie de la zona de obras, según las mismas fuentes.
Fuente Diario La Tercera – EFE. 14 de Febrero de 2012.