Un equipo de geólogos y paleontólogos descubrió en 2007 un cráneo completo y la mandíbula inferior de una nueva especie de estos rinocerontes (Coelodonta thibetana), en las estribaciones de la cordillera del Himalaya en la meseta tibetana.
El equipo estuvo dirigido por el profesor Wang Xiaoming, del Museo de Historia Natural de Los Ángeles (NHM) y Li Qiang, del Instituto de Paleontología Vertebrada y Paleoantropología de la Academia China de Ciencias.
La extinción de los conocidos como “gigantes” de la Edad de Hielo, como el mamut y los rinocerontes lanudos, los osos perezosos gigantes y los gatos dientes de sable, ha sido estudiada exhaustivamente, pero los científicos no han logrado averiguar la procedencia de estos gigantes o cómo lograron adaptarse al frío.
La clave la podría tener este nuevo fósil de rinoceronte, que con 3,6 millones de años (Plioceno medio) es mucho más antiguo y primitivo que sus descendientes de la Edad del Hielo (Pleistoceno).
Generalmente se ha creído que los “megaherbívoros” del Pleistoceno evolucionaron de ancestros menos resistentes al frío en Norteamérica y Eurasia, desarrollando adaptaciones a condiciones frías conforme el clima ahí se enfrió.
Pero el estudio concluye que la meseta tibetana podría haber sido la cuna evolutiva de los rinocerontes lanudos y otras criaturas peludas resistentes al frío que deambularon por Norteamérica y Eurasia durante la última Edad del Hielo.
Este rinoceronte descubierto en la Cuenca de Zanda, a los pies de las colinas de los Himalayas en el Tibet suroccidental, muestra claras adaptaciones a un clima más frío y nevado.
Mediante el análisis de la edad del fósil y sus características físicas, los autores concluyen que este rinoceronte, Coelodonta thibetana, fue un ancestro relativamente primitivo en el árbol genealógico del rinoceronte lanudo, comparado con sus contrapartes en el Pleistoceno.
Este hallazgo sugiere que los rinocerontes primero se adaptaron a la fría Meseta Tibetana mucho antes de que el cambio climático se diera en otras áreas, y que el Coelodonta thibetana estaba preparado para su expansión al resto de Asia a medida que el clima se enfrió.
Así, cuando llegó la Edad del Hielo tardía hace unos 2,6 millones de años, según el nuevo estudio, el rinoceronte y las otras especies no tuvieron más que descender de las altas montañas y empezaron a expandirse por el norte de Asia y Europa.
Los autores describen similitudes en otros grandes fósiles animales encontrados en la Cuenca de Zanda, incluyendo un leopardo de las nieves y un antílope tibetano, que se adaptaron al frío.
Esta región puede de esta manera haber sido el trampolín para una amplia variedad de especies resistentes al frío que se expandieron posteriormente durante la última Edad del Hielo.
El doctor Wang explica que “los lugares fríos, como el Tíbet, el Ártico y la Antártida, es donde se realizarán los descubrimientos más inesperados en el futuro, ya que continúan siendo las fronteras que siguen aún inexploradas en gran parte”.
Fuente: Diario La Tercera - EFE. 3 de Septiembre de 2011.