Fragmento óseo de 3,4 millones de años perteneciente a un pie recuperado durante una excavación en Etiopía. Un nuevo estudio determinó que el pie perteneció a un pariente de los humanos que vivió más o menos en la misma época que Lucy, el conocido homínido primitivo.
Santiago.- Lucy no estaba sola. Tenía la compañía de otro prehomínido que también caminaba erguido, pero que pasaba más tiempo en los árboles.
Hasta ahora no había pruebas de que otro pariente de los humanos viviera en la misma era que la especie conocida por los restos fosilizados de Lucy, pero el hallazgo de un fósil reveló que había otra criatura hace unos 3 millones de años. Ello permite tener una mejor comprensión de la evolución de un rasgo fundamental de la especie humana: caminar en dos extremidades.
La criatura salió a la luz cuando un equipo internacional de investigadores desenterró un fragmento de pie en el este de África. Al igual que Lucy, caminaba erguida, pero tenía un pie prensil que usaba para trepar por las ramas. Los científicos dijeron que ahora es evidente que varios parientes de los humanos experimentaron con andar erguidos.
“Este es sólo otro vistazo a la respuesta a la incógnita de cómo pasamos de una pata primitiva al pie humano moderno”, dijo Bruce Latimer, de la Universidad Case Western Reserve de Cleveland, quien ayudó a descubrir los restos fósiles.
Varias especies homínidas han coexistido a lo largo de la historia evolutiva humana, pero esta es la primera señal de que hubo otra durante la era de Lucy.
Los científicos aún no saben cómo era esta criatura, ya que no han hallado dientes ni cráneos para determinarlo, pero es claro que el pie no es de la especie a la que pertenece Lucy: la Australopithecus afarensis.
Es raro encontrar pies de prehomínidos, porque los huesos son frágiles y no se conservan bien. Por ello, científicos estadounidenses y etíopes dirigidos por el Museo de Historia Natural de Cleveland estaban emocionados cuando recuperaron ocho huesos de pie en 2009 en la región de Afar, Etiopía, unos 48 kilómetros (30 millas) al norte de donde se halló a Lucy en 1974.
Tras analizar la estructura ósea y datar la tierra circundante, el equipo llegó a la conclusión de que los fragmentos eran de la pata delantera derecha de un pariente de los humanos que vivió hace 3,4 millones de años. Lucy tenía pies humanoides, pero esta criatura era menos evolucionada.
El descubrimiento es detallado en el ejemplar de la revista Nature que se publica el jueves. Los autores no han dado nombre a la nueva especie porque saben muy poco de ella.
“Este hallazgo es la primera evidencia sólida de que había un linaje de especies distinto” al mismo tiempo, dijo Tim White, director del Centro de Investigación sobre Evolución Humana de la Universidad de California en Berkeley, quien no estuvo relacionado con el descubrimiento.
La capacidad de caminar erguido es una cualidad que separa a los humanos de otros grandes simios. El hecho de que un bípedo distinto deambulara en el mismo periodo que Lucy es un indicio de que caminar en dos extremidades evolucionó más de una vez, dijeron los científicos.
La bipedestación “era un asunto complicado y no sólo una ocurrencia singular”, dijo por correo electrónico William Harcourt-Smith, del Museo Estadounidense de Historia Natural en Nueva York, quien tampoco participó en el estudio.
Los científicos dijeron que es difícil hacerse una idea sobre cómo era su andar sin tener datos sobre la forma de los tobillos, las rodillas y la cadera, pero probablemente no era muy eficiente y se desplazaba torpemente. Sin un arco en los pies que distribuyera el peso al caminar, correr o saltar, el espécimen no podría viajar distancias largas, como lo hacía Lucy.
Aunque Lucy, de 1,06 metros (3 pies, 6 pulgadas) de estatura pasaba tiempo en el bosque, la forma de sus pies demuestra que estaba mejor adaptada y que se sentía más cómoda caminado en terrenos abiertos que la criatura recién desenterrada.
El descubridor de Lucy, Donald Johanson, dijo que, de haber coexistido, era poco probable que las especies hayan socializado entre sí, dados sus distintos estilos de vida. “Hacían su vida cada quien por su lado”, dijo Johanson.
Por Alicia ChangHasta ahora no había pruebas de que otro pariente de los humanos viviera en la misma era que la especie conocida por los restos fosilizados de Lucy, pero el hallazgo de un fósil reveló que había otra criatura hace unos 3 millones de años. Ello permite tener una mejor comprensión de la evolución de un rasgo fundamental de la especie humana: caminar en dos extremidades.
La criatura salió a la luz cuando un equipo internacional de investigadores desenterró un fragmento de pie en el este de África. Al igual que Lucy, caminaba erguida, pero tenía un pie prensil que usaba para trepar por las ramas. Los científicos dijeron que ahora es evidente que varios parientes de los humanos experimentaron con andar erguidos.
“Este es sólo otro vistazo a la respuesta a la incógnita de cómo pasamos de una pata primitiva al pie humano moderno”, dijo Bruce Latimer, de la Universidad Case Western Reserve de Cleveland, quien ayudó a descubrir los restos fósiles.
Varias especies homínidas han coexistido a lo largo de la historia evolutiva humana, pero esta es la primera señal de que hubo otra durante la era de Lucy.
Los científicos aún no saben cómo era esta criatura, ya que no han hallado dientes ni cráneos para determinarlo, pero es claro que el pie no es de la especie a la que pertenece Lucy: la Australopithecus afarensis.
Es raro encontrar pies de prehomínidos, porque los huesos son frágiles y no se conservan bien. Por ello, científicos estadounidenses y etíopes dirigidos por el Museo de Historia Natural de Cleveland estaban emocionados cuando recuperaron ocho huesos de pie en 2009 en la región de Afar, Etiopía, unos 48 kilómetros (30 millas) al norte de donde se halló a Lucy en 1974.
Tras analizar la estructura ósea y datar la tierra circundante, el equipo llegó a la conclusión de que los fragmentos eran de la pata delantera derecha de un pariente de los humanos que vivió hace 3,4 millones de años. Lucy tenía pies humanoides, pero esta criatura era menos evolucionada.
El descubrimiento es detallado en el ejemplar de la revista Nature que se publica el jueves. Los autores no han dado nombre a la nueva especie porque saben muy poco de ella.
“Este hallazgo es la primera evidencia sólida de que había un linaje de especies distinto” al mismo tiempo, dijo Tim White, director del Centro de Investigación sobre Evolución Humana de la Universidad de California en Berkeley, quien no estuvo relacionado con el descubrimiento.
La capacidad de caminar erguido es una cualidad que separa a los humanos de otros grandes simios. El hecho de que un bípedo distinto deambulara en el mismo periodo que Lucy es un indicio de que caminar en dos extremidades evolucionó más de una vez, dijeron los científicos.
La bipedestación “era un asunto complicado y no sólo una ocurrencia singular”, dijo por correo electrónico William Harcourt-Smith, del Museo Estadounidense de Historia Natural en Nueva York, quien tampoco participó en el estudio.
Los científicos dijeron que es difícil hacerse una idea sobre cómo era su andar sin tener datos sobre la forma de los tobillos, las rodillas y la cadera, pero probablemente no era muy eficiente y se desplazaba torpemente. Sin un arco en los pies que distribuyera el peso al caminar, correr o saltar, el espécimen no podría viajar distancias largas, como lo hacía Lucy.
Aunque Lucy, de 1,06 metros (3 pies, 6 pulgadas) de estatura pasaba tiempo en el bosque, la forma de sus pies demuestra que estaba mejor adaptada y que se sentía más cómoda caminado en terrenos abiertos que la criatura recién desenterrada.
El descubridor de Lucy, Donald Johanson, dijo que, de haber coexistido, era poco probable que las especies hayan socializado entre sí, dados sus distintos estilos de vida. “Hacían su vida cada quien por su lado”, dijo Johanson.
Fuente: terra.cl 28 de Marzo de 2012.