lunes, 1 de febrero de 2010

Plantas e insectos fosilizados en Antártida sugieren que el continente fue cálido


Washington.- Un equipo de investigadores descubrió en la Antártida rastros de una tundra, en la forma de plantas fosilizadas e insectos, lo que demuestra que el continente fue un lugar más cálido hace varios millones de años, informó la National Science Foundation.

Hace 14 millones de años, la región experimentó un cambio climático abrupto y dramático que se tradujo en una caída de 8 grados Celsius en la temperatura a lo largo de un periodo de tiempo relativamente corto en términos geológicos. Esto provocó la extinción de plantas e insectos en la tundra y transformó el interior de la Antártida en lo que es hoy. Un equipo internacional de científicos combinaron pruebas de análisis geológicas glaciales, paleoecológicas y cenizas volcánicas con modelos informáticos para demostrar que hubo un gran cambio climático en la Antártida hace 14 millones de años.

Según los investigadores, encabezados por David Marchant, de la Boston University, y Allan Ashworth y Adam Lewis, de la North Dakota State University, el resultado del estudio representa una “gran avance” en el intento de averiguar más acerca de la historia climática de la Antártida. El descubrimiento de depósitos de lagos con fósiles de musgo, diatomeas y de crustáceos conocidos como ostracodes en esa región es importante porque son “extremadamente raros” en la Antártida. De acuerdo con los científicos, el hallazgo de los fósiles es el primero y único que se ha hecho en el continente helado, incluso desde que se descubrieron los denominados Valles Secos de la Antártida en 1902-1903 de la mano del británico Falcon Scott.

“El hallazgo de los fósiles nos permite ver la Antártida tal y como fue justo antes del cambio climático hace 13,9 millones de años. Es una ventana con una vista única al pasado” dijo Marchant. “Lo que estamos viendo es el último rastro de vegetación en los Valles Secos.

El descubrimiento de los fósiles y de las cenizas volcánicas nos demuestra que hace 14,1 millones de años, el área albergó una tundra”, señaló por su parte Lewis. El estudio indica que hace 14,1 millones de años los Valles Secos eran relativamente cálidos, pero hace 13,9 millones de años, todo fue diferente y el cambio climático transformó la región de un clima parecido al de Georgia del sur a uno similar al que tiene Marte, explica el estudio financiado por la National Science Foundation.

“Ha sido uno de los cambios (climatológicos) más espectaculares y prolongados que uno se puede imaginar. No conozco ningún otro lugar en la Tierra en el que se haya producido un cambio tan drástico”, afirmó Marchant. Sin embargo, lo que provocó el cambio climatológico en la Antártida es, y sigue siendo, al menos de momento, una gran incógnita.

Fuente: EFE - Diario La Segunda. 5 de Agosto de 2008.

Encuentran restos de gigantesco reptil prehistórico en isla del Ártico



Un equipo de paleontólogos del Museo de Historia Natural de Oslo descubrió en una fría isla entre Noruega y el Ártico los restos de varios gigantescos reptiles marinos que poblaron los fríos mares del norte en tiempo de los dinosaurios. El más grande de ellos, 'El Monstruo', tiene un cráneo de más de dos metros de largo y el cuerpo podría medir, de la cabeza a la cola, unos 10 metros.

Los restos del reptil prehistórico eran "tan largo como un autobús, con dientes tan grandes como calabacines ... en una cabeza que podría tragar entero a un ser humano adulto'', dijeron hoy investigadores noruegos.

El Museo de Historia Natural de la Universidad de Oslo dijo que varios investigadores en la remota Islas Svalbard descubrieron los restos de un plesiosauro de cuello corto, un reptil marino prehistórico. Al parecer se trata del primer esqueleto completo de esa especie encontrado hasta ahora. Los restos, que fueron encontrados en agosto, datan de hace 150 millones de años.

Fragmentos de plesiosauro han sido encontrados en otros lugares, entre ellos Inglaterra, Rusia, y Argentina, pero el investigador Joern Harald Hurum dijo que los parcialmente fosilizados encontrados en las Svalbard son al parecer los primeros completos.

"Estamos seguros de que está completa'', dijo en una entrevista telefónica en referencia a la osamenta. "Tenemos la cabeza y podemos ver seis metros de vértebras antes de desaparecer en la tierra''.

Según Hurum, los voraces plesiosauros eran el Tyrannosaurus Rex de los océanos, "salvo que su cabeza es mucho mayor. De unos dos metros de larga, frente a la de 1,6 metros de Tyrannosaurus Rex''.

Pero quizá el más impactante es el que ya ha sido bautizado como 'El Monstruo', que no ha sido extraído del todo de entre los sedimentos, pero los científicos confían con poder recuperar prácticamente todo el cuerpo del gigantesco animal. "Lo más asombroso es que el fósil parece estar completo, lo que supondría el primer hallazgo de este tipo en la historia de la paleontología. Además, parece que todos los huesos están articulados", asegura el doctor Hurum. De momento ya han extraido la calavera completa, de unos dos metros de largo, lo que permite a los expertos calcular el tamaño del animal: unos 10 metros de largo.

Los plesiosauros son la especie documentada que tiene un mayor parecido con el mítico monstruo del Lago Ness. Tenían cuatro aletas para nadar, aunque dos de ellas de un tamaño mucho mayor y más poderosas, que utilizaban para desplazarse por el agua de una forma similar a como hoy nadan las tortugas marinas o los pingüinos.

Vivieron en las zonas polares de la Tierra hace entre 210 y 65 millones de años, y los expertos tienen catalogadas dos especies: una con un largo cuello que culminaba en una diminuta cabeza, y otra con el cuello corto y una gran cabeza. Esta última es la que recibe el nombre de pliosaurio, y es a la que pertenece 'El Monstruo'.

Por su parte, los ictiosauros vivieron hace entre 240 y 90 millones de años, y son conocidos porque tienen un cierto parecido a los actuales delfines o tiburones. Algunos incluso tenían una aleta dorsal triangular, dos pares de aletas en forma de remo y la cola bifurcada y vertical, como los tiburones. La mayoría de los ictiosauros medían entre cuatro y seis metros de largo, aunque algunos de los fósiles encontrados son de ejemplares que alcanzaban los 23 metros de largo.

Hurum dijo que su equipo piensa regresar a las Svalbard, situadas a 500 kilómetros al norte de Noruega, para continuar las excavaciones el próximo año.

Otros 27 reptiles marinos fueron igualmente encontrados durante las dos semanas de la expedición científica: 21 plesiosauros de cuello largo y seis ictiosauros, reptiles parecidos a los peces y que tenían aletas.

Fuente: Diario La Tercera (Tendencias). 05 de Octubre de 2006.

Posible descubrimiento de cráter gigante bajo la Antártica


Washington.- Científicos detectaron lo que parece ser un cráter de 480 kilómetros de ancho bajo la capa este de la región antártica. Los investigadores dicen que pudo haber sido hecho por el impacto de un meteorito gigante hace 250 millones de años.

El hallazgo en la Tierra de Wilkes fue detectado por satélites de la NASA que están mapeando las diferencias sutiles en la gravedad de la Tierra.

“Este impacto en la Tierra de Wilkes es mucho más grande que el impacto que mató los dinosaurios”, dijo el profesor Ralph von Frese, de la Universidad Pública de Ohio, en los Estados Unidos.

Si el cráter se formó realmente cuando von Frese y sus colegas creen, generará interés como la posible causa de “la gran muerte”, la más grande de todas las extinciones masivas de la Tierra cuando 95 por ciento de toda vida marina y 70 por ciento de toda especie de la tierra desaparecieron.

Por mucho tiempo los científicos sospecharon que la extinción del período entre la Era Pérmica y la Era Triásica, conocida como edad permotriásica, podría haber ocurrido de una forma bastante brusca como resultado de cambios ambientales provocados por el impacto de un meteorito gigante.

Este es un argumento similar al que intenta explicar la muerte de los dinosaurios hace 65 millones de años, informa BBC Mundo.

Fuente: Orbe. 05 de Junio de 2006.

Descubren grandes ríos subterráneos bajo hielo de la Antártida


Revelan que los ríos, del tamaño del Tamesis londinense, conectan la red de los denominados lagos subglaciares.

Londres.-Un equipo de científicos del Reino Unido ha descubierto grandes ríos que fluyen a cientos de kilómetros de profundidad bajo el hielo de la Antártica, según publica esta semana la revista británica Nature.

Los expertos, dirigidos por el profesor Duncan Wingham, del University College London (UCL), han averiguado que esos ríos, del tamaño del Tamesis londinense (346 kilómetros de longitud), conectan la red de los denominados “lagos subglaciares”.

El descubrimiento echa por tierra la teoría tradicional de que esos lagos, formados por depósitos de agua dulce, han evolucionado sin contacto con la atmósfera desde hace cientos de millones de años.
“Previamente se pensaba que el agua se movía bajo el hielo mediante filtraciones muy lentas”, explicó el director del estudio, en el que también han participado la universidades británicas de Bristol y Cambridge.

Sin embargo, la investigación, basada en medidas muy precisas obtenidas con los radares del satélite ERS-2 de la Agencia Espacial Europea (ESA), prueba que los lagos subglaciales generan “flujos que viajan distancias muy largas”, subrayó Whingham.

Esos lagos eran considerados, hasta ahora, una especie de “cápsulas temporales” que datan del periodo en el que empezó a congelarse el continente antártico. Los científicos creyeron siempre que esas bolsas de agua pueden contener especies vivientes que podrían ayudar a estudiar si hay vida en entornos extremos de otros planetas, como el océano glacial de Europa, la luna de Júpiter.

No obstante, Wingham considera que, a la luz de las averiguaciones de su equipo, esa visión va a cambiar: “creíamos -explica- que esos lagos eran laboratorios biológicos aislados. Ahora vamos a tener que repensar eso”. Antiguamente, los eruditos opinaban que la Antártica era demasiado fría para albergar agua en estado líquido bajo el hielo.

Sin embargo, esa idea cambió en los años 60, cuando los satélites y aviones con potentes radares descubrieron numerosos lagos ocultos a kilómetros de profundidad bajo la capa de hielo.

Hasta la fecha, los científicos han descubierto más de 150 lagos subglaciares, aunque sospechan que pueden existir miles.

La bolsa de agua más grande encontrada bajo la Antártica es el llamado Lago Vostok, que mide 250 kilómetros de largo, 40 kilómetros de ancho y 400 metros de profundidad, y contiene tanto líquido como para abastecer a una ciudad como Londres durante cinco mil años.

La Agencia Espacial de Estados Unidos (NASA) y la Academia de las Ciencias de Rusia están planeando realizar perforaciones para obtener muestras de agua del lago, a fin de comprobar si encierra algún tipo de vida.

Fuente: Diario El Porvenir. 21 de Abril de 2006.

Lagos bajo la Antártida


Ríos fluyen entre lagos bajo el hielo antártico

Los lagos sumergidos bajo el hielo del continente antártico -que han sido objeto de estudio por parte de científicos chilenos y extranjeros- estarían conectados entre sí por un sistema de ríos que mantienen en movimiento el agua bajo la superficie. Así lo revelaron científicos del University College of London, tras analizar la región este de la Antártica utilizando satélites de la Agencia Espacial Europea.

En esa zona se han hallado unos 40 lagos sumergidos bajo el denso hielo, pero en total son más de 150 los lagos subglaciares descubiertos en el continente. Los científicos creían que estos lagos habían estado en aislamiento durante cientos de miles de años, razón por la cual podían albergar microorganismos que hayan evolucionado en forma independiente. De haber vida en dichos lagos, sostenían, esta sería similar a la que se espera encontrar en otros mundos, como la luna Europa, de Júpiter.

Misterios sin resolver

La última misión antártica llevada a cabo por expertos del Centro de Estudios Científicos de Valdivia (Cecs) apuntaba a resolver estos misterios. En enero llegaron hasta el lago Ellsworth (sepultado a 3.200 metros bajo el hielo) para reunir antecedentes que permitieran una futura excavación en busca de muestras del lago. Sin embargo, los británicos advierten que los planes deben ser revisados, ya que cualquier intromisión humana podría contaminar los restantes lagos, dado que están conectados mediante el flujo de los ríos subterráneos.

Gino Cassasa, glaciólogo del Cecs, indica a La Tercera que el nuevo hallazgo podría implicar que estos lagos tienen un rol más importante del que se pensaba en ayudar a mantener la estabilidad del continente antártico. El experto considera, sin embargo, que el proyecto que llevan a cabo cobra mayor relevancia. “El hallazgo cambia la forma en que visualizábamos estos lagos, como un ente aislado. La hipótesis de que conservan vida muy antigua queda ahora severamente cuestionada. No obstante, nuestros planes para investigar en Ellsworth adquieren más relevancia, ya que se trata de un lago pequeño que puede servir como modelo para estudiar otros mayores”, concluye.

Fuente: Diario La Tercera (Tendencias). 21 de Abril de 2006.