miércoles, 18 de abril de 2012

Encuentran restos de peces de la época faraónica


Las espinas y restos de peces se encontraron separados por palmas vegetales, lo que hace suponer que pertenecían a alguna ofrenda o ritual funerario ubicado encima de una tumba.

Un grupo de egiptólogos españoles que trabajan en la necrópolis de la ciudad de Oxirrinco, a 200 kilómetros de El Cairo, hallaron en su última campaña de excavaciones un curioso depósito con los restos de más de un millar de peces que podrían formar parte de algún ritual funerario.

El director de esta misión arqueológica de la Universidad de Barcelona (noreste de España), Josep Padró, explicó que las espinas y restos de estos peces, que no estaban momificados, se encontraron en capas, separados por palmas vegetales, lo que hace suponer que pertenecían a alguna ofrenda o ritual funerario ubicado encima de una tumba.

No obstante, para saber si bajo este “banco” de miles de espinas de peces hay “algo más” -por ejemplo un resto funerario anterior a la época grecorromana- se tendrá que esperar a la siguiente campaña de excavaciones, ya que la actual acabó a mediados de Marzo.

Mientras tanto, dos equipos de expertos de Barcelona y Montpellier (Francia) intentan determinar por medio de la muestra obtenida en la necrópolis a qué tipo de pez pertenecen las espinas encontradas, si son de la misma especie, y más en concreto “oxirrincos”, ya que además de dar nombre a la ciudad, este término define a una extraño pez de río, que puede llegar a medir medio metro.

El oxirrinco es el símbolo de Tueris, la diosa de la fertilidad, venerada en la zona. “Como ritual el hallazgo es extraordinario”, remarcó Padró.

El grupo de la Universidad de Barcelona trabaja en esta antigua ciudad desde 1992, después de las excavaciones realizadas previamente por un equipo egipcio en esta misma zona que había sufrido pillaje durante décadas.

“Los saqueadores llenaron museos de todo el mundo con lo que sacaron de aquí”, apuntó Padró sobre esta antigua ciudad cuyos restos son mayoritariamente de época grecorromana -cuando tuvo su máxima expansión-, aunque se remonta a época faraónica, con tumbas de la dinastía XXVI (siglo VII y VI antes de Cristo).

Los peces no fueron los únicos hallazgos de esta campaña. Se encontraron además trazos en la necrópolis (que tiene una superficie de unos dos campos de fútbol) de una calle porticada con unas columnas de capiteles de tipo corintio.

“Lo sorprendente es que es una calle, un resto urbano en medio de la necrópolis; es decir, que se trata de un espacio reutilizado, como demuestra el fragmento encontrado de un mosaico romano, pero los pórticos, nos aventuramos a decir, serían más antiguos, de época griega, de los Ptolomeos”, señaló el experto.

Además del grupo catalán, durante la última campaña en la necrópolis de Oxinrrinco trabajaron miembros del Museo Arqueológico Nacional de Madrid y una decena de investigadores europeos, personal e inspectores egipcios y una cincuentena de operarios.

Sin embargo, la inestabilidad política que vive Egipto no ha afectado a los trabajos en Oxirrinco. “Mientras hemos estado allí, ha habido calma absoluta”, asegura Padró, quien destaca que los propios habitantes de la zona suelen estar alerta para evitar que se produzcan nuevos robos y saqueos.

Fuente: EFE - Diario La Tercera. 10 de Abril de 2012.

Los restos perdidos del “Hombre de Pekín”, ¿bajo un estacionamiento?


Expertos intentan acabar con uno de los grandes enigmas arqueológicos del siglo XX, el paradero de unos fósiles clave para entender el origen del ser humano.

Pekín.- Tras 70 años de misterio e infructuosas búsquedas, un nuevo estudio histórico llevado a cabo por expertos de China y Sudáfrica asegura que los restos perdidos del “Hombre de Pekín” , uno de nuestros más antiguos antepasados, se encuentran enterrados en una zona sobre la que hay actualmente un estacionamiento.

Así lo afirma el profesor sudafricano Lee Berger, de la Universidad de Witwatersrand, quien ayudado por dos investigadores chinos del Instituto de Paleontología de Pekín intenta acabar con uno de los grandes enigmas arqueológicos del siglo XX, el paradero de unos fósiles clave para entender el origen del ser humano.

Éstos se extraviaron durante la Segunda Guerra Mundial, en 1941, cuando el ejército estadounidense los intentaba sacar de China para protegerlos de los invasores japoneses, pero su pista se perdió en el puerto de Qinhuangdao, en el fragor de la batalla.

Tras más de siete décadas, los expertos de China y Sudáfrica afirman que los restos del “Homo Erectus Pekinensis” podrían hallarse en una zona ahora densamente urbanizada de Qinhuangdao (el puerto del norte de China donde la Gran Muralla da al mar), donde en aquel entonces había una base militar chino-estadounidense.

El estudio, publicado este mes en el South African Journal of Science y del que hoy se hace eco el oficial China Daily, basa esta teoría en un marine estadounidense de esa época, Richard Bowen, quien afirma haber visto los famosos fósiles en 1947.

Bowen, que ahora tiene más de 80 años, estaba destinado en la base durante la guerra civil entre los nacionalistas del Kuomintang, a los que apoyaba EEUU, y los comunistas liderados por Mao Zedong, que rodearon la instalación con 250.000 soldados en su avance hacia Pekín.

En la noche anterior a la captura de la base, Bowen recuerda haber visto enterradas cajas con fósiles que ahora los expertos relacionan con los restos del “Hombre de Pekín”.

“Cavamos un montón de agujeros para colocar ametralladoras, y en uno de ellos encontramos cajas llenas de huesos. Era de noche y nos dio un poco de miedo, así que rellenamos aquel agujero e hicimos otro... Después fuimos evacuados a Tientsin (la actual Tianjin) y luego a Estados Unidos” , contó el ex marine a los expertos.

Éstos creen más que probable que los huesos pertenezcan a los preciados fósiles, ya que seis años antes estaban en manos de militares también estadounidenses y en la misma ciudad, entonces conocida en Occidente como Chinwangtao.

Gracias a las precisas informaciones del marine, el estudio ha determinado que el lugar más probable donde se encuentran ahora enterradas esas cajas es un aparcamiento de unos almacenes de la Compañía de Exportación e Importación de Comida de Hebei, la provincia vecina a Pekín donde se halla Qinhuangdao.

Los restos del “Hombre de Pekín,” pertenecientes a al menos seis antepasados (dos de ellos adolescentes), fueron hallados entre 1929 y 1937 por antropólogos suecos, canadienses y austríacos en el yacimiento de Zhoukoudian, al sur de Pekín, que desde 1987 está en la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO.

Estos restos de entre 300.000 y 500.000 años de antigüedad, según algunos paleontólogos, están emparentados con el “Hombre de Java" (aunque hay corrientes científicas que no reconocen a éste como un humano verdadero) y podrían ser las primeras muestras de “Homo Erectus” en el planeta y dar claves sobre la expansión del hombre por la actual Asia.

Aunque los restos se perdieron, los científicos continúan estudiándolos, usando fieles copias de los fósiles realizadas en los años treinta, así como nuevos hallazgos que se encontraron posteriormente en ese lugar, ya en la época comunista, aunque no tan completos.

Los restos perdidos, estudiados sobre todo por el canadiense Davidson Black, desaparecieron en 1941 precisamente en Qinhuangdao, cuando el ejército de EEUU intentaba enviarlos por barco a América para protegerlos de la invasión japonesa, con el permiso expreso del Gobierno de la República de China (Kuomintang).

Fuente: EFE - Diario La Segunda. 26 de Marzo de 2012.

Fósil revela que había otros bípedos en la misma era de “Lucy”

Fragmento óseo de 3,4 millones de años perteneciente a un pie recuperado durante una excavación en Etiopía. Un nuevo estudio determinó que el pie perteneció a un pariente de los humanos que vivió más o menos en la misma época que Lucy, el conocido homínido primitivo.


Santiago.- Lucy no estaba sola. Tenía la compañía de otro prehomínido que también caminaba erguido, pero que pasaba más tiempo en los árboles.

Hasta ahora no había pruebas de que otro pariente de los humanos viviera en la misma era que la especie conocida por los restos fosilizados de Lucy, pero el hallazgo de un fósil reveló que había otra criatura hace unos 3 millones de años. Ello permite tener una mejor comprensión de la evolución de un rasgo fundamental de la especie humana: caminar en dos extremidades.

La criatura salió a la luz cuando un equipo internacional de investigadores desenterró un fragmento de pie en el este de África. Al igual que Lucy, caminaba erguida, pero tenía un pie prensil que usaba para trepar por las ramas. Los científicos dijeron que ahora es evidente que varios parientes de los humanos experimentaron con andar erguidos.

“Este es sólo otro vistazo a la respuesta a la incógnita de cómo pasamos de una pata primitiva al pie humano moderno”, dijo Bruce Latimer, de la Universidad Case Western Reserve de Cleveland, quien ayudó a descubrir los restos fósiles.

Varias especies homínidas han coexistido a lo largo de la historia evolutiva humana, pero esta es la primera señal de que hubo otra durante la era de Lucy.

Los científicos aún no saben cómo era esta criatura, ya que no han hallado dientes ni cráneos para determinarlo, pero es claro que el pie no es de la especie a la que pertenece Lucy: la Australopithecus afarensis.

Es raro encontrar pies de prehomínidos, porque los huesos son frágiles y no se conservan bien. Por ello, científicos estadounidenses y etíopes dirigidos por el Museo de Historia Natural de Cleveland estaban emocionados cuando recuperaron ocho huesos de pie en 2009 en la región de Afar, Etiopía, unos 48 kilómetros (30 millas) al norte de donde se halló a Lucy en 1974.

Tras analizar la estructura ósea y datar la tierra circundante, el equipo llegó a la conclusión de que los fragmentos eran de la pata delantera derecha de un pariente de los humanos que vivió hace 3,4 millones de años. Lucy tenía pies humanoides, pero esta criatura era menos evolucionada.

El descubrimiento es detallado en el ejemplar de la revista Nature que se publica el jueves. Los autores no han dado nombre a la nueva especie porque saben muy poco de ella.

“Este hallazgo es la primera evidencia sólida de que había un linaje de especies distinto” al mismo tiempo, dijo Tim White, director del Centro de Investigación sobre Evolución Humana de la Universidad de California en Berkeley, quien no estuvo relacionado con el descubrimiento.

La capacidad de caminar erguido es una cualidad que separa a los humanos de otros grandes simios. El hecho de que un bípedo distinto deambulara en el mismo periodo que Lucy es un indicio de que caminar en dos extremidades evolucionó más de una vez, dijeron los científicos.
La bipedestación “era un asunto complicado y no sólo una ocurrencia singular”, dijo por correo electrónico William Harcourt-Smith, del Museo Estadounidense de Historia Natural en Nueva York, quien tampoco participó en el estudio.

Los científicos dijeron que es difícil hacerse una idea sobre cómo era su andar sin tener datos sobre la forma de los tobillos, las rodillas y la cadera, pero probablemente no era muy eficiente y se desplazaba torpemente. Sin un arco en los pies que distribuyera el peso al caminar, correr o saltar, el espécimen no podría viajar distancias largas, como lo hacía Lucy.

Aunque Lucy, de 1,06 metros (3 pies, 6 pulgadas) de estatura pasaba tiempo en el bosque, la forma de sus pies demuestra que estaba mejor adaptada y que se sentía más cómoda caminado en terrenos abiertos que la criatura recién desenterrada.

El descubridor de Lucy, Donald Johanson, dijo que, de haber coexistido, era poco probable que las especies hayan socializado entre sí, dados sus distintos estilos de vida. “Hacían su vida cada quien por su lado”, dijo Johanson.

Por Alicia Chang

Fuente: terra.cl 28 de Marzo de 2012.

martes, 10 de abril de 2012

Secuencia del genoma de Ötzi entrega detalles de sus enfermedades


El también llamado “Hombre de Hielo” tenía predisposición a padecer enfermedades cardiovasculares, además de sufrir intolerancia a la lactosa

En 1991 un matrimonio alemán descubrió durante una excursión por el valle de Ötztal en los Alpes italianos, cerca de la frontera con Austria, la momia Ötzi o el “Hombre de Hielo”, como también es conocido.

Entre los detalles que se conocían hasta ahora, luego de 20 años de estudios, es que medía aproximadamente 1,60 de altura y tenía casi 50 kilos de peso. En torno a la causa de su muerte, los análisis de estos años han podido concluir que falleció alrededor de los 46 años de un golpe en la cabeza y luego una flecha atravesó su tórax, la que le habría provocado una hemorragia.

Pero ahora, los investigadores que lograron secuenciar completo su genoma han revelado nuevos detalles de la estructura genética de este hombre que vivió hace unos 5.300 años. Por ejemplo, que era intolerante a la lactosa y que tenía una predisposición genética a las enfermedades cardiovasculares. Esto último llama la atención, debido a que por sus condiciones de vida, Ötzi no estaba expuesto a los factores de riesgo que hoy se consideran como desencadenantes de una enfermedad cardiovascular, como el sobrepeso o la falta de ejercicio.

“La evidencia de una predisposición genética en la vida de Ötzi es de gran interés para nosotros. Esto indica que las enfermedades cardiovasculares no son una enfermedad principalmente asociada a estilos de vida modernos. Ahora estamos dispuestos a utilizar estos datos para ayudar a explorar más a fondo cómo estas enfermedades se han desarrollado”, puntualiza Albert Zink, del Instituto de Momias y del Hombre del Hielo de la Academia Europea de Bolzano/Bozen (Italia).

Otro dato entregado es que el grupo sanguíneo de Ötzi era O y que su patrón genético es más cercano a los habitantes actuales de las islas Cerdeña y Córcega. Sus ancestros habrían emigrado del medio Oriente.

Fuente: Diario La Tercera. 28 de Febrero de 2012.

Científicos encuentran fósiles de camellos en Panamá

Maxilar inferior de un fósil de Aguascalietia panamaensis, una especie antigua del camello encontrada por científicos en Panamá. La foto pertenece al Museo de Historia Nactural de Florida.


El hallazgo reciente de fósiles muestra que pequeños camellos con grandes hocicos deambularon por la selva tropical de Panamá hace unos 20 millones de años, dijeron científicos el miércoles.

Un estudiante de doctorado de geología de la Universidad de Florida encontró los fósiles de camello cuando analizaba el sedimento de una zona de obras en el Canal de Panamá.

Also Rincón dijo el miércoles que él y otros investigadores nunca esperaron encontrar un antiguo camello. La especie no tiene joroba, a diferencia de los actuales rumiantes y una de las dos especies encontradas al parecer se levantaba en dos patas, según lo reportado por los científicos en la revista especializada Journal of Vertebrate Paleontology.

Rincón y un grupo de científicos de Panamá, Estados Unidos y el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales también reportaron haber hallado fósiles de marlines, tortugas y caballos.

“Nunca esperamos encontrar aquí un camello”, dijo Carlos Jaramillo, del Instituto Smithsonian y coautor del artículo en la gaceta. “Realmente es una sorpresa”.

Los científicos creen que los animales, que tenían dientes similares a los de los cocodrilos, posiblemente medían un metro (tres pies) de altura. “Eran como perros pequeños”, indicó Jaramillo.

Los investigadores creen que los camellos, Aguascalientia panamaensis y Aguascalientia minuta, posiblemente utilizaron sus afilados dientes para masticar follaje exuberante y fruta.

El hallazgo está despertando dudas sobre hace cuánto tiempo se creó el istmo y el descubrimiento de un fósil de mamífero puede ayudar a los científicos a entender mejor qué sucedió cuando las Américas del Norte y el Sur finalmente se conectaron.

Geólogos y paleontólogos han seguido las huellas de los trabajadores que están completando un proyecto de expansión a cinco años en el canal valuado en 5.200 millones de dólares para que puedan navegar por él buques modernos de carga que son más grandes.

Las obras brindan una oportunidad única para que los investigadores excaven y preserven fósiles enterrados en el sedimento que normalmente es difícil de exponer por estar debajo de un extenso follaje tropical.

Aunque es un país relativamente pequeño, Panamá tiene gran importancia científica porque sirve como el puente terrestre que une al continente. Cuando se creó esta puerta entre los continentes, hubo un cambio global en los mares: los océanos Pacífico y Atlántico se separaron y comenzó un gran intercambio de animales, llevando a algunas especies a la extinción y otras a adaptarse.

Los científicos pensaron durante mucho tiempo que el istmo se creó hace 3,5 millones de años, pero ahora han descubierto especies de camellos que vivieron en el área unos 17 millones de años antes.

Por Christine Armario

Fuente: terra.cl 14 de Marzo de 2012.

Científicos rusos quieren clonar un mamut que pasó 10 mil años congelado


Los investigadores traspasarían células del animal al útero de una elefanta procedente de la India que sería su pariente genético más cercano

Moscú.- Un equipo de científicos rusos anunció hoy que planea clonar un ejemplar prehistórico de mamut que estuvo congelado durante 10000 años en el territorio de la república siberiana de Yakutia.

“Queremos llevar a cabo una clonación somática al insertar el material genético de un mamut que vivió hace miles de años, en las células de una elefanta actual”, dijo un portavoz del Instituto de Ecología Aplicada (IEA) de Siberia.

La fuente precisó que “las células madre serán trasvasadas al útero de la elefanta, que gestará el feto durante 22 meses con el fin de que nazca, esperamos, una cría de mamut viva”.

El portavoz del IEA adelantó que las pruebas genéticas serán extraídas del mamut a fines de este año, tras lo que serán enviadas a Corea del Sur.

Los expertos consideran que clonar al mamut es posible ya que las células de ese animal prehistórico pueden encontrarse tanto en su sangre y órganos internos, como en la piel y los huesos.

Además, el portavoz señaló que la decodificación del ADN de la momia del paquidermo prehistórico, que es la que lleva la información genética sobre el animal, es una labor ardua que puede concluir en fracaso al no hallarse ninguna célula viva.

Fuente: EFE – emol. 14 de Marzo de 2012.

Hallan fósiles perdidos de Charles Darwin recolectados en su paso por Chile

Charles Darwin.


Howard Falcon-Lang, un paleontólogo de la Universidad de Londres (Inglaterra), pasaba por un viejo armario en una de las bodegas del Servicio Geológico Británico, cerca de la ciudad de Keyworth, cuando unas cajas marcados con la frase “fósiles de plantas no registradas” llamaron su atención.

Intrigado, el experto las abrió, encontrándose con 314 láminas de vidrio con delgados y translúcidos fósiles de plantas en su interior. Muchos de ellos tenían la siguiente firma: C. Darwin. “Quedé, literalmente, con la boca abierta”, dice el experto a La Tercera.

En efecto, se trataba de una colección perdida hace 165 años de Charles Darwin, obtenida en su célebre viaje a bordo del Beagle, en 1834, travesía en la que empezó a desarrollar su Teoría de la Evolución de las Especies, parte de la cual recolectó en su paso por Chile. “Algunas de las muestras provienen de la isla de Chiloé”, confirma Falcon-Lang.

Las piezas recogidas en Chile son árboles fosilizados de hace 40 millones de años, muchos de ellos con fragmentos de lignito negro (un tipo de carbón mineral), sílice, pirita (un tipo de mineral) y madera, sustancias a menudo mezcladas, explica el experto.

Falcon-Lang aprovecha de hacer una confesión: Darwin no guardó un buen recuerdo de su paso por la isla. “Lo que voy a decir, probablemente, no les haga bien a nuestras relaciones -dice medio en broma-, pero Darwin describió Chiloé como ‘un agujero miserable’, ¡pero porque llovió torrencialmente durante su estancia!”, aclara.

Los fósiles estaban guardados en portaobjetos de vidrio, hechos para que las plantas fósiles se pulan en finas láminas translúcidas. Este proceso les permite ser estudiadas bajo el microscopio.
Cómo los perdió

Joseph Hooker, botánico y amigo íntimo del naturalista, era el responsable de montar esta colección perdida de Darwin en su breve relación laboral con el Servicio Geológico Británico en 1846.

Sin embargo, Hooker no etiquetó las series recolectadas, pues debió partir a una expedición al Himalaya. La colección deambuló por el servicio, hasta finalmente perecer en un rincón de las bodegas sin que con el paso de los años alguien advirtiera que se trataba de parte de la colección recolectada por Darwin en su recorrido por el mundo en 1834.

“Este es un descubrimiento notable y nos lleva a hacernos una pregunta: ¿Qué otra cosa podría estar escondida en nuestras colecciones?”, señaló John Ludden, director ejecutivo del Instituto Geológico, donde se realizó el hallazgo.

Las piezas encontradas por el Howard Falcon-Lang fueron fotografiadas por el servicio y ahora se encuentran disponibles al público en un nuevo museo on line donde se pueden apreciar.
Fueron encontrados en una bodega del Servicio Geológico de Inglaterra y contiene muchas piezas recogidas en Chiloé.

Por P. Lazcano y F. Rodríguez

Fuente: Diario La Tercera. 18 de Enero de 2012.

Científicos confirman caída a la Tierra de trozos de roca marciana


Los pedazos, de 6,8 kilogramos de peso, cayeron en Marruecos en Julio pasado, pero recién fueron encontrados en Diciembre

Washington.- La Sociedad Internacional de Meteoritos y Ciencia Planetaria confirmó hoy la caída en Marruecos de pedazos de una roca proveniente de Marte, la más grande que haya llegado hasta ahora a la Tierra, en un hecho ocurrido en Julio pasado.

Los pequeños restos, llamados Tissint, fueron vistos caer como bolas de fuego hace unos seis meses, pero recién en Diciembre pasado fueron encontrados en el norte de África. Esta es apenas la quinta vez en la historia que se haya podido demostrar químicamente que la procedencia de estas rocas es marciana.

Un comité especial de expertos, que incluyó a científicos de la NASA, confirmaron los resultados, certificando que el meteorito de 6,8 kilogramos viene de Marte. El pedazo más grande no supera el kilo de peso.

Astrónomos piensan que hace millones de años, un meteorito de gran tamaño chocó contra Marte, arrojando restos de roca al Sistema Solar. Tras un largo viaje por el espacio, algunas de esas rocas eventualmente cayeron en la Tierra. Al hacer contacto con la atmósfera se volvieron pedazos más pequeños e incluso al golpear el suelo se pudieron haber dividido en más trozos.

Estos pedazos de roca son los únicos que sirven a los científicos en su estudio para determinar la composición de Marte y saber si es potencialmente un planeta habitable. Ni la NASA o alguna nave del programa espacial de Rusia, han podido traer nunca muestras marcianas desde el espacio, por lo que las únicas que se han podido examinar provienen de la caída de meteoritos.

La caída de rocas desde el espacio al Tierra no es algo nuevo. Sin embargo, la gran mayoría se contaminan con material terrestre lo que las vuelve inútiles para la investigación. Por eso la relevancia de estos nuevos meteoritos encontrados recientemente.

La última vez que se encontró material marciano “fresco” fue en 1962. En total, ha caído a la Tierra una cantidad aproximada de 108 kilogramos de rocas desde Marte.

Las rocas caídas en julio pasado fueron compradas por científicos, museos y universidades a aquellos que las encontraron, incluso antes que fueran certificadas como rocas marcianas.

Fuente: AP – emol 17 de Enero de 2012.